Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo en https://tamzinvctx444622.blogs100.com/39030910/el-cabezazo-de-zidane-visto-desde-otra-perspectiva