Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran milimétricos, como pinceladas magistrales en un lienzo https://agneszhkk839393.bleepblogs.com/38902112/análisis-del-cabezazo-de-zidane-en-la-final-de-2006